«En TMC estás casi literalmente en el asiento del conductor».
Si crees que las personas impulsan la tecnología, el vínculo con el deporte del motor resulta natural. Desde hace ya varios años, TMC ha sido un patrocinador apasionado de Dillon Koster, piloto profesional y propietario del Certainty Racing Team. Los miembros de TMC que sienten pasión por el automovilismo pueden tratar de adivinar los resultados de las carreras en un concurso, con la posibilidad de conseguir su propia «licencia de piloto». Jarno Schellekens, Employeneur en TMC New Product Introduction (NPI), fue el afortunado ganador. «Sí, ¡fue una experiencia increíble! Así que, si hay algún patrocinador por ahí...», bromea.
Jarno lleva cinco años trabajando en ASML –a través de TMC– y no tiene planes de realizar ningún cambio profesional. «En absoluto», dice riendo. «Estoy muy contento donde estoy. Pero, como técnico, una oportunidad como esa es una locura. Cuando pilotas, tienes que estar alerta y ser capaz de evaluar riesgos. Lo mismo se aplica a mi puesto como ingeniero de la cadena de suministro. Es genial que TMC ofrezca cosas así. Las reuniones y los eventos se celebran de modo regular y te permiten crear vínculos personales. Por supuesto, no todas las actividades son tan espectaculares como esta. Siempre celebramos una gran fiesta de fin de año y una barbacoa en verano. Normalmente, cuando trabajas en un proyecto en la sede de un cliente puede resultar complicado mantener el vínculo con los compañeros de la empresa que te ha contratado. Especialmente si trabajas con el mismo cliente durante tanto tiempo como yo. Pero TMC es la excepción a esta regla.
En mi segmento, NPI, cada trimestre tiene lugar el denominado Q-meeting. Es un encuentro que te permite conocer a otros Employeneurs de tu misma área de especialización. Está muy bien. Te cuentan cosas sobre otros proyectos y puedes compartir experiencias y conocimiento. Y luego están las sesiones de pizza periódicas sobre temas interesantes a las que puedes asistir si lo deseas. Normalmente, cuando trabajas en un proyecto en la sede de un cliente puede resultar complicado mantener el vínculo con los compañeros de la empresa que te ha contratado. Especialmente si trabajas con el mismo cliente durante tanto tiempo como yo. Pero TMC es la excepción a esta regla.
Acabo de empezar lo que será mi tercer puesto en ASML. Pedí volver a trabajar como ingeniero de la cadena de suministro, que es la primera función que desempeñé. Solo que, en aquel momento, me centraba en la calidad de los proveedores. Ahora me ocupo principalmente del manejo y el transporte de los productos. Anteriormente trabajé como responsable de integración, debía resolver los problemas que surgieran en los proyectos. TMC me da mucho margen para desarrollarme en áreas que me interesan.
Mantengo contacto regular con mi gestor de cuentas, Maarten Guns. También tengo acceso a un coach personal a través de TMC. Hablamos sobre mis ambiciones y mi desarrollo personal. En una empresa del tamaño de ASML, apreciar tu propia valía puede resultar difícil; eres un pequeño engranaje en una gran máquina, y a veces te sientes algo perdido. Por eso es genial formar parte de TMC. Tu coach, en concreto, te pone de vez en cuando un espejo delante, te ayuda a centrarte en aquello en lo que eres bueno y a identificar las habilidades que puedes desarrollar más. En TMC estás casi literalmente en el asiento del conductor».