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Dejar el tabaco después de cuarenta años: «La clave es la concienciación» - Marc Schrijvers

El Employeneur Marc Schrijvers, ingeniero de desarrollo de procesos en Océ, nos cuenta cómo un curso de formación de un día le inspiró para dejar de fumar definitivamente.

He sido fumador durante casi cuarenta años. De vez en cuando lograba dejarlo durante unos meses, pero el hábito siempre resultaba demasiado difícil de erradicar. Hasta que mi supervisor en Océ me habló de un curso de formación de un día llamado «I quit» (Yo lo dejo).

El coach fue muy convincente. Él mismo había sido un fumador empedernido: cuarenta cigarrillos diarios. Así que sabía bien lo que significaba ser adicto a la nicotina. No nos transmitió simplemente el habitual «fumar es malo», sino que nos presentó las razones por las que lo es. Se trata de una información verdaderamente terrible, y por eso es tan persuasiva.

¿Sabíais, por ejemplo, que los cigarrillos contienen veneno para ratas? En cantidades minúsculas, pero aun así... El coach explicó que uno de los efectos secundarios de la nicotina es el estreñimiento, y que el veneno para ratas lo contrarresta. Darme cuenta de que estaba administrando matarratas a mi cuerpo varias veces al día fue una poderosa llamada de atención. El coach pasó entonces a describirnos el proceso de dejar de fumar y la batalla psicológica que supone; o, más bien, las dos batallas. La primera contra el «pequeño monstruo», y la segunda contra el «gran monstruo».

El «pequeño monstruo» es la adicción física. Para vencer al pequeño monstruo, solo hay que superar un par de días muy duros. Entonces comienza la batalla contra el «gran monstruo»: la adicción psicológica. Puedes dejar de fumar durante unas semanas, pero, antes o después, te encontrarás en circunstancias que en mayor o menor medida te forzarán a fumar; por lo menos, así es como se siente en el momento. El catalizador puede ser cualquier cosa: una situación perturbadora, como una muerte en la familia, o una relajada, como un día maravilloso en la playa. Se trata de circunstancias totalmente diferentes, pero tu respuesta será siempre la misma: ahora me puedo fumar un cigarrillo, ¿no?

El coach me ayudó a comprender que eso es solo el monstruo grande hablando. Y fumar no ayuda: no va a devolverle la vida al familiar, y no hará que un día perfecto sea aún más perfecto. Ya han pasado seis meses desde que dejé de fumar. Por supuesto, de vez en cuando siento la tentación, pero me basta con pensar de nuevo en el curso de formación y las lecciones sobre las batallas psicológicas para apaciguar el impulso.

También ayuda el hecho de que me siento mucho mejor desde que lo dejé: he recuperado el sentido del olfato, la comida sabe mejor, y mi estado de forma general ha mejorado enormemente. También he empezado a caminar más y sigo una dieta más saludable. Es realmente asombroso: he fumado durante casi cuarenta años y solo necesité un curso de cuatro horas para quitarme el hábito. Siempre había tenido el deseo de dejarlo, pero, como el coach nos explicó: la fuerza de voluntad por sí sola no basta. Tienes que combinarla con el tipo adecuado de concienciación: es entonces cuando empiezas de verdad a mejorar tu salud.


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