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Manos biónicas: innovar compartiendo conocimiento

A veces hay que salir del laboratorio o la sala de reuniones para encontrar la inspiración. Así fue, por lo menos, cómo al Masterclass Team de TMC se le ocurrió la idea definitiva para su proyecto. «Los seis nos reunimos para compartir unas pizzas y unas bebidas», explica el Employeneur Jeroen Maas. «Todo muy informal. Empezamos a hablar de nuestras vidas privadas y nuestros clientes y, sin darnos cuenta, estábamos intercambiando ideas para nuestro nuevo proyecto». Menos de un año después, el Masterclass Team está haciendo grandes progresos en el desarrollo de nuevas funcionalidades para manos biónicas.

Una Masterclass para Masterminds

El Masterclass de TMC es un programa de dos años para un grupo selecto de Employeneurs prometedores. Se anima a los participantes a ampliar sus conocimientos y sus habilidades de emprendimiento. En la primera fase del Masterclass, los Employeneurs aprenden los conceptos básicos de otros campos. La segunda fase se centra en el lado práctico o comercial de los proyectos tecnológicos. En la tercera fase, los miembros llevan a la práctica todo lo aprendido: se dividen en equipos, forman su propia start-up y trabajan en el desarrollo de su propio producto. El proyecto actual está integrado en el Laboratorio empresarial de TMC (el Entrepreneurial Lab), un espacio de la empresa donde los Employeneurs cooperan superando los límites de sus áreas de especialidad.

Este año, el Masterclass Team consta de seis Employeneurs de diversos segmentos: Vladimir Petrovic (Electrónica), Cristian Dan (Física) Matthijs Cox (Nanotecnología), Maarten Dam (Electrónica), y Bart Reefman y Jeroen Maas (ambos de Mecatrónica). «También hay otro compañero muy amable que nos echa una mano», comenta Jeroen, «una ayuda muy valiosa que apreciamos, y hace poco se nos unió un estudiante muy apasionado... Pero nosotros seis formamos el núcleo del equipo».

El Masterclass Team se embarcó en su proyecto con grandes expectativas. «Cuando empezamos a hablar de manos biónicas, enseguida averiguamos que las opciones para la gente que las necesita son bastante limitadas. Hay disponibles algunos modelos muy caros, con funcionalidades complicadas, pero incluso estos modelos tienden a fallar. Luego hay una gama más amplia de manos biónicas que se utilizan principalmente por motivos estéticos; mejoran la apariencia externa, pero apenas aportan otras ventajas al usuario».

Al principio, la idea del equipo era crear un tipo de mano biónica totalmente nuevo: un modelo asequible que incluyera todas las funcionalidades esenciales. «Tuvimos que abandonar esa idea bastante pronto», explica Jeroen. «Cuando consultamos a nuestras respectivas redes de contactos, comprendimos que el desarrollo de una mano entera llevaría demasiado tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un proyecto a tiempo parcial: lo hacemos en paralelo al trabajo para nuestros clientes. Así que tuvimos que ajustar nuestros objetivos y ponernos ciertos límites».

«Tenemos que transformar los patrones en movimientos de la mano biónica».

En lugar de construir una mano entera, el equipo decidió concentrarse en mejorar ciertas funcionalidades, lo que no está exento de dificultad: «Por el momento, estamos muy atareados con el software. Queremos recopilar la mayor cantidad de datos posible, principalmente de la actividad muscular en el antebrazo. Estudiamos nuestros propios movimientos, así como los de nuestros amigos, parientes y compañeros, en busca de patrones, intentando averiguar qué tipo de actividad muscular corresponde a determinados gestos. A continuación, tenemos que transformar los patrones en movimientos de la mano biónica».

Parte del reto radica en la complejidad de los gestos. «Sería relativamente sencillo si nos centráramos en uno o dos gestos: por ejemplo, agarrar o soltar un objeto. Pero muchos de los gestos presentan una actividad muscular similar y, por tanto, resulta difícil distinguir unos de otros», señala Jeroen, y añade riendo: «Eso es precisamente lo que hace el proyecto tan entretenido».

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