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El reto de AkzoNobel: los frutos secos son el futuro

¿Podrían cambiar los anacardos el futuro de la producción química? Hemos hablado con el ingeniero químico Vassilis Sfakianakis, Employeneur con TMC Chemical, sobre la participación de TMC en el reto para empresas químicas emergentes de AkzoNobel: Imagine Chemistry.

Por segundo año consecutivo, un grupo de químicos e ingenieros químicos de TMC se ha reunido para competir en The Akzo Nobel Chemical Startup Challenge: Imagine Chemistry.

«Es una gran oportunidad para proponer ideas innovadoras de procesos y productos sostenibles», explica Vassilis. «Y es genial trabajar en un proyecto con mis compañeros de TMC Chemical, es muy divertido».

Crear un futuro sostenible

AkzoNobel ideó este reto como una manera de seleccionar colaboradores en el desarrollo de ideas pioneras para un futuro más sostenible. Con más de 130 participantes, la competencia es feroz, pero Vassilis está convencido de que, este año, el equipo de TMC ha encontrado una solución verdaderamente innovadora a un gran problema de la industria química.

«Hemos hallado un modo más sostenible de producir surfactantes», explica Vassilis. «Los surfactantes o tensoactivos son compuestos químicos que se utilizan en una enorme variedad de aplicaciones: limpieza, cuidado personal, combustibles y lubricantes, tratamiento del agua, etc. Pero, por el momento, los distintos componentes de los surfactantes proceden principalmente de fuentes como la grasa animal, el aceite de palma o soluciones derivadas normalmente de recursos fósiles».

Aprovechar el material de desecho

La idea del equipo era encontrar un producto de desecho que pudiera utilizarse para crear surfactantes. Tras una sesión de pizza y lluvia de ideas en la sede de TMC en Utrecht, se decidieron por las cáscaras de los anacardos.

«Las cáscaras de los anacardos son un producto de desecho común en todo el mundo», apunta Vassilis. «Aplicando ciertos procesos de extracción a las cáscaras, obtienes un líquido denominado CNSL (Cashew Nut Shell Liquid). Aproximadamente el 80 % del CNSL es una sustancia llamada cardanol. Nuestra idea es crear una variedad de surfactantes con cualidades diferentes a partir del cardanol, mediante reacciones químicas sencillas».

Según Vassilis, si la idea del equipo es seleccionada por AkzoNobel para su ulterior desarrollo, un día podríamos ver estos surfactantes derivados de las cáscaras de los anacardos en una amplia gama de productos, incluidos jabones, pinturas, detergentes, cosméticos, champús y acondicionadores, pastas de dientes y tintas de impresora.

¿Cuál es el siguiente paso?

Por el momento, el equipo de TMC está esperando la respuesta de AkzoNobel. Un jurado realizará una primera selección de unas 20 ideas en el transcurso de las próximas semanas. A continuación, escogerán un puñado de proyectos que pasarán a la fase final en Gotemburgo, Suecia. Allí, el equipo tendría ocasión de trabajar con AkzoNobel para seguir desarrollando la idea.

«Estaría genial que la seleccionaran», dice Vassilis. «Sería interesante trabajar con especialistas de AkzoNobel y desarrollar juntos un producto innovador. Para nosotros significaría mucho: aprenderíamos y disfrutaríamos un montón».

Le deseamos al equipo toda la suerte del mundo: Sam Geschiere, Vassilis Sfakianakis, Maartje Feenstra, Willem van Boekel, Marleen de Kool y Rohit Kacker.


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