Sentando las bases para cambios profesionales interesantes
Decir que Eria Polykarpou ha dado varios saltos impresionantes en su trayectoria profesional durante el tiempo que lleva en TMC sería quedarse corto. «Me uní a TMC porque quería explorar el mercado, y eso es precisamente lo que la orientación y el apoyo de TMC me han permitido hacer. Aprender a adaptarse a diferentes culturas, a distintos tipos de empresa y de organización... No puedo imaginar una lección más valiosa, tanto a nivel personal como profesional».
Cuando Eria Polykarpou se incorporó a TMC, ya contaba con una amplia experiencia en la adaptación a nuevos entornos. Después de terminar sus estudios de Ingeniería Química en Grecia se trasladó al Reino Unido, donde vivió cinco años, consiguió el doctorado e impartió clase a estudiantes de Ingeniería Química. Tras otra estancia como investigadora con carga lectiva en Australia, se mudó a los Países Bajos, donde se unió a TMC en el verano de 2015.
«En mis casi tres años en TMC, he completado varios proyectos», comenta Eria. «El primero, en Unilever, implicaba el mismo tipo de trabajo que había hecho anteriormente: intentar describir sistemas mediante modelos matemáticos». Con su segundo proyecto, también en Unilever, Eria dio un paso en una dirección ligeramente diferente: en lugar de crear los modelos ella misma, su trabajo se centró en mejorar la comprensión de los modelos y sus ventajas. «El big data y el análisis de datos son cada vez más importantes en estos días, así que intenté llevar a cabo un cambio cultural en la organización».
«TMC me ha dado la oportunidad de trabajar para organizaciones de distintos tipos: una gran multinacional, una organización más centrada a nivel local y, por supuesto, el proyecto en el extranjero».
Poco a poco, Eria se dio cuenta de que deseaba trabajar en un ámbito más comercial: «No me veía con el rol de científica principal el resto de mi vida. Tras un par de conversaciones inspiradoras con mi gestor de cuentas y mi coach personal, convenimos en que un cambio a un papel más comercial podría abrir posibilidades interesantes. Pero, como mi bagaje era casi exclusivamente técnico, sugirieron que primero debía adquirir algo de experiencia comercial. TMC encontró un puesto para mí en Suiza, donde investigué el potencial de TMC en el mercado suizo». Por ese proyecto, Eria ganó un Employeneur Award. Echando la vista atrás, ella lo llama «uno de los puntos álgidos del periodo en TMC».
Tras la estancia en Suiza, Eria se unió a un nuevo proyecto con mayor orientación comercial en el KWR Watercycle Research Institute. En él pudo combinar su experiencia técnica con la visión comercial recién adquirida: «Mi responsabilidad consistía en ayudar a KWR, una empresa neerlandesa de tamaño mediano, a expandirse tanto a nivel geográfico como en sus campos de actividad».
Ahora, el periodo de Eria en KWR –y en TMC– ha llegado casi a su fin: hace un mes le ofrecieron un puesto muy atractivo en el sector financiero, una oportunidad que no podía rechazar. «No ha sido una decisión fácil», comenta. «He disfrutado mucho el tiempo que he pasado en TMC y aún creo firmemente en el modelo de Employeneurship. TMC me ha dado la oportunidad de trabajar para organizaciones de distintos tipos: una gran multinacional, una organización más centrada a nivel local y, por supuesto, el proyecto en el extranjero. Todas estas experiencias me han enseñado a ser todavía más flexible, a apreciar las diferencias entre cada tipo de organización y a sacar el máximo partido de cada experiencia. Mantener la mente abierta, sin comprometer tu propio carácter ni tus ideas: ese es un principio que TMC y yo siempre tendremos en común».